Cabalga la guerra, cabalga
cabalga, la muerte,
acecha la muerte en primavera,
estando los almendros en flor.
Cabalga la guerra, cabalga,
pisando pureza y la paz.
Morirán los niños con su inocencia,
mancharán con su sangre
la flor de su primavera.
Irak, los gobiernos que rezan,
ya trabajan por la paz,
debaten los planes
para participar en la guerra.
Yo Los llamo hipócritas fariseos,
sois verdaderos carniceros,
filibusteros, carroñeros,
cabalga la guerra, cabalga,
sin oír la paz,
¿justificarán tantas muertes
los demócratas ciegos y sordos,
que no saben escribir la paz?
No oyen a los que gritan: Paz y no guerra.
Cabalgan vuestros planes de rapiña,
espoliando la sangre subterránea del
Petróleo.
Esa es vuestra paz la codicia sin
Medida.
Con vuestras bombas de destrucción
masiva, liberando a Irak de los malos.
Cabalgan ya, los cuatro jinetes del
Apocalipsis.
Cabalgan sobre las muertes inocentes
engendrando odio para siempre.
Cuando arraséis Iraq y al tirano
miraros las manos, la conciencia,
contabilizar los muertos,
y gobernar sin olvidar a los que
pedíamos la paz, sin rezar tanto.
Porque no sabemos rezar,
solo sabemos decir: Paz , Paz.
Vosotros justificar vuestra democracia
de rapiña y mordaza.
La historia dará fe y testimonio
de los cuatro jinetes
que cabalgaron pisando la paz.

Nació en 1945. Estudió hasta los catorce años y a esa edad comenzó a trabajar en el taller de zapatería que su padre regentaba. Actualmente vive en Elda, donde, con su hermano, dirige una empresa auxiliar del calzado. Desde niño le apasionaba leer y escribir, siempre en secreto. Nunca pensó en publicar, hasta que un amigo le animó y su libro «La vida son hechos poéticos» apareció en el año 2015. «Con este poemario solo pretendo tener un recuerdo de mis utopías y palabras reales como la vida misma».
Tu poema es fiel reflejo de tus sentimientos Jerónimo y eso te honra.