He perdido mi chaqueta
un regalo muy preciado
heredado de mi prima
hace ya de ello, veinte años
sus hijos pensaron en mi
en “cuanto nos queríamos”
y lo que la prenda (de visón)
en otros tiempos para las dos suponía.
Que mejor que para la tia,
Pues estábamos muy unidas.
La perdí un día, en el cine,
con los peques yo iba
“que si aquí no veo nada”
y otras naderías.
nos cambiamos
varias veces de asientos,
cosas de chicos y a la salida
acalorada, olvidé la prenda querida. Volví allí apresurada
mirando los asientos vacios y nada.
Cuando finalizó la sesión
ya estaba yo en la salida,
nadie llevaba mi chaqueta de piel
de quien yo mas quería.
Remiramos el teatro
por los suelos, por arriba
”Nada” estaba desaparecida.
Yo lloraba por dentro
¿Cómo podía ser aquello?
¿Qué pensaría mi prima?
Regresé a casa
¿Cosas de la edad?
El chaquetón de visón,
estaba colgado en la percha.
Recordé haber sopesado
que… Pensé en un momento,
que con los niños más que nada,
me molestaría,
así que no me lo llevaría.
La memoria ya me falla
y no será la única cosa
que se pierde con los días
como se va gastando el cuerpo,
igual se marchita la vida.
¡Pero qué más da,
valió la pena vivirla
cada momento, cada día.

Nací en Elche, crecí escuchando poesías, coplillas y chascarrillos de boca de mi abuelo. Un día, escribí una poesía y toda la familia ser sorprendió. He escrito 4 libros de poesía, Villa Adelina, Hojas en blanco, Un ramillete de pensamientos y Pintando poemas y un cuento Miseria.