Fue una noche total de primavera
ella fue muy sincera,
la música sonó, entonces la vi,
de nuevo estaba yo, fresca ella allí,
sé cómo me sentí
al ver su dulce imagen toda entera.
Mis pies la buscaron a la primera,
estaba como ella era,
tímida, recogida cual rubí,
toda ella la dulzura, el frenesí.
Sabía que era sí,
unos jóvenes fieras sin quimera.
Mis pasos con sus brazos se encontraron,
noté su cosquilleo y me giré,
con dulzura miré,
fuimos uno del otro y nos miraron.
Rápido su perfume respiré
y me embriagué, los labios se encontraron,
¿o tal vez se pegaron?
hoy, pasado el pasado, no lo sé.

Ramón Rodríguez nació en Liétor en 1956. Su infancia transcurrió entre la escuela y la huerta. Desde muy niño le nació la pasión por la poesía leyendo a Miguel Hernández, Espronceda y Neruda. Acaba de publicar “Liétor, el balcón del mundo”.