Pentagrama de silencios
donde las octavas bailan,
negras notas se adormecen,
las blancas rompen la calma.
Negro día que persigue
la luz de blanca mañana.
Y en el silencio se mueve
la estrategia de la danza
que adivinando intenciones,
con cautela o a galope,
resuelve intensa batalla:
la del destino, la vida
que a cada cual acompaña.
Espejo del bien y el mal
donde el rey gobierna y manda
con el alma y poderío
en lo que su reino abarca,
siendo corazón vencido
con destreza por su dama.
Sesenta y cuatro intenciones,
mitad negras, mitad blancas,
o bien oscuras y claras,
donde afloran cualidades,
torpezas, mediocridades,
y triunfos de noble casta.
Y cuando comienza el juego
se despliega la batalla
que resolverá las dudas
con estrategia y templanza.
Ante un atisbo fugaz
de un ápice de ignorancia,
el saber ocupa el podio,
la partida está ganada
ante el arte de elegir
una pose en el tablero
por conseguir todo o nada.

Un buen día, no muy lejano, me sumergí en el dulce juego de las palabras y empecé a sentir la necesidad de contar cosas. Mis ocurrimas (ocurrencias que riman) me permiten expresar mis pesares y también mis alegrías. emisol.mar@gmail.com ocurrimasymas.blogspot.com