Dicen los maestros que hay dos géneros: masculino y femenino. Tú, en cambio, eras del género violento. A ti no te habían enseñado, ni como objeto ni como sujeto, no figurabas en los manuales de gramática, no tenías educación. Tampoco la gramática aparecía en las páginas de tu revés sangriento. Una noche de Sant Jordi, pues, me regalaste una rosa lacerante; yo, un libro. Entonces fuiste tú y no yo el que te desangraste y moriste en el acto. La cultura exterminó tu género.
· Incluido en el microrrelatario Juntes/Juntas.
Bonito alegato a la violencia de género Isa, mi enhorabuena.