Cómo implicarla

Por 20 enero 2019 febrero 18th, 2019 Poemas

No basta un cuerpo abandonado para explicar

la comisión de un delito.

Como no basta un reguero de sangre para entender

la agonía del mundo.

Ni siquiera un rastro sólido

e infinidad de indicios bastan

para poder implicarla de un modo concluyente.

 

Porque, la noche del crimen, ella

difícilmente pudo estar allí.

Coqueteaba, como lo hace siempre,

-sus estudiadas maneras bobaliconas,

su mirada ingenua y persuasiva-

con algún tipo duro al que embaucar

tomando copas y más copas llenas

de esa burbujeante aunque torturada soledad,

hasta sacarle algún fajo de certezas

de su último atraco, y con el que comprarse

un puñado de versos con escotes

para unas metáforas despampanantes.

 

Porque ella, la poesía, es muy hábil

y escurridiza en el arte de marcar distancias.

Y aunque, como el agua, esté

en casi todas partes,

cuanto más se siente acorralada

antes se evapora

del lugar del crimen.

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